La impresión 3D es una de las grandes tendencias de los últimos años en el terreno tecnológico. De hecho estamos viendo poco a poco como salen al mercado de consumo distintos modelos de impresora 3D que puedes comprar tanto a través de Internet como en grandes almacenes.
Existen tres tecnologías principales a la hora de hablar de impresoras 3D y te las damos a conocer así como también qué tipo de piezas y acabados puedes conseguir con ellas.
Impresión 3D vs modelado tradicional

Las impresoras 3D forman parte de lo que se conocen como procesos de fabricación aditiva. Estos procesos permiten fabricar un objeto desde cero donde las máquinas van añadiendo material hasta conformar la pieza final.
En la fabricación tradicional como puede ser el mecanizado mediante torno de control numérico se parte de un bloque de material sobre el que se empiezan a realizar operaciones quitando capas hasta dejar la pieza que se quiere obtener.
Tecnologías de deposición de material plástico
La tecnología que ha popularizado este método de impresión de figuras y piezas en 3D ha sido la que se conoce como Fusion Deposition Modeling (FDM). Es una tecnología que permite conseguir piezas utilizando plástico ABS o bien PLA.
La impresión con esta tecnología comienza desde la capa inferior, creando una superficie en la base para poder separar la pieza. Se utiliza un fino hilo de plástico pasa por el extrusor que es, en resumen, un dispositivo que calienta el material hasta el punto de fusión. En ese momento el plástico se depositando en la posición correspondiente de la capa que se está imprimiendo en cuestión.
Tecnologías impresión 3D con láser
Con estas tecnologías se consigue una mayor precisión de las piezas impresas y un ahorro en tiempo de impresión.
Una impresora de SLA tiene un funcionamiento también capa a capa pero a diferencia del método anterior en esta ocasión se parte de una base que se va sumergiendo (o saliendo) capa a capa en un baño de resina fotocurable. El láser de luz ultravioleta activa la curación de la resina líquida, solidificándola. En ese momento la base se desplaza hacia abajo para que el láser vuelva a ejercer su acción. Con este método se consiguen figuras con gran detalle aunque, al igual que el método posterior, desperdicia cierta cantidad de material según qué piezas, si se necesitan fabricar soportes que se eliminan a posterioridad.
Como se puede ver tenemos numerosas tecnologías disponibles para imprimir en 3D. Es un mercado en plena expansión y muy joven por lo que no se puede tener una idea clara sobre qué rumbo seguirá.
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